En Estados Unidos el anestesista Glen Brooks (New York Ketamine Infusions, LLC) lleva años tratando a miles de pacientes de la depresión. Los últimos estudios demuestran que los rapidísimos efectos antidepresivos de la ketamina no son simples efectos secundarios de su uso como sedante o como anestesia.
La capacidad antidepresiva de la ketamina es real.